YO HABITO EL CASCO

Lugares tan especiales como el casco histórico de Toledo, tienden a convertirse poco a poco en zonas habitadas por turistas. Esto nos lleva a reflexionar sobre el riesgo de convertir el casco en una suerte de parque temático. El hecho es que la cotidianeidad de los vecinos que habitan sus calles se está viendo modificada en un breve espacio de tiempo.
 
Surgen problemas tan obvios como el aumento del precio de una caña o un café, o el cierre y desaparición progresiva del pequeño comercio a favor de las grandes franquicias que atraen al turismo de masas. Decisiones que afectan el día a día del vecindario del barrio. 
 
Los pisos alquilados en Air BnB suponen un incremento de precios. Las políticas de planificación urbanística no favorecen a los ciudadanos de a pie que pretendan rehabilitar viviendas antiguas. Sin embargo, las condiciones  parecen más asequibles para las grandes cadenas hosteleras, que van invadiendo poco a poco el centro de la ciudad. 
 
De fondo, siempre presente, la sombra de la UNESCO, que vela por la conservación de esta ciudad patrimonio de la humanidad.
 
Entre los vecinos, división de opiniones. 
 
Por eso me pregunto, y te pregunto:


¿Las ciudades las hace su arquitectura o las personas que la habitan? 
 
 
¿Se puede alcanzar un equilibrio entre conservación y progreso?
 
 
¿Con qué criterios valoramos el espacio histórico y artístico del lugar que habitamos?
En este marco, lanzo la propuesta colaborativa a través de redes sociales, para recoger recuerdos de las personas que viven o han vivido en el casco histórico de Toledo. Durante el mes de mayo de 2019 se reciben a través de plataformas web textos que narran vivencias en puntos concretos de la ciudad. Con estas aportaciones se elabora un Mapa Sentido y una publicación online con la que puedes acceder al resultado del proyecto.
Esta iniciativa se enmarca en el festival Cohete Toledo 2019.